Nuestras prendas tienen una historia que nos hace recordar buenos momentos y anécdotas que nos hacen sacar una sonrisa. Todos tenemos ropa a la que hemos cogido cariño y que nos seguimos poniendo porque nos sentimos unidos a ella aunque las modas cambien. Es por eso que, como todas las cosas buenas que hay en nuestras vidas, queremos conservarlas lo mejor posible. En este caso, para lucir nuestras prendas durante más tiempo, existen varios cuidados generales y prácticas a evitar para todo tipo de ropa, que nos ayudan a conseguir nuestro propósito:
- Clasifica la ropa en función de la suciedad: las pendas con manchas y más suciedad necesitaran un lavado más largo e intensivo.
- Evita centrifugados intensos: especialmente en el caso de fibras delicadas ya que los tejidos se apelmazan y dañan con la fricción.
- Utiliza la dosis de detergente recomendada: añadiendo más detergente no conseguirás que tu ropa quede mejor, al contrario pueden quedar restos sobre los tejidos.
- Lava a baja temperatura: los lavados a temperaturas altas gastan más energía y desgastan más la ropa, resérvalos para cuando sea estrictamente necesario.
- Tiende la ropa lo más rápido que puedas: si después del ciclo de lavado esperas y dejas la ropa húmeda, puede que coja malos olores y se arrugue.
- Seca tus prendas a la sombra: para proteger el color vivo y brillante de tus prendas y evitar que se decoloren, no la tiendas al sol, ¡siempre a la sombra!
