La seda es una de las fibras textiles más antiguas, se comenzó a usar hace más de 4.500 años en China. De origen animal, se compone principalmente por proteínas, y está producida por las larvas de ciertos grupos de insectos en su proceso hacia la metamorfosis.
La seda se constituye por monofilamentos muy finos y sirve para fabricar artículos de lujo gracias a su brillo natural, tacto suave y agradable y buena absorción de la humedad.
Cómo limpiar la seda: pasos a seguir
Te recomendamos lavar tus prendas de seda siempre a mano. Llena un recipiente con agua fría y utiliza Norit Mano, que gracias a su fórmula neutra e hipoalergénica, mantiene el aspecto, la suavidad y el color original de las fibras.
Introduce la prenda dentro de un recipiente con agua fría y un tapón de Norit. Déjala en reposo durante algunos minutos. Agítala suavemente, de vez en cuando, dentro del agua. Cuando hayas acabado, enjuaga bien la prenda y escúrrela con delicadeza y sin retorcer. Para secarla, cuélgala en una percha alejada del sol para que éste no dañe sus colores. A la hora de planchar, es conveniente hacerlo del revés, con la temperatura de la plancha al mínimo y sin vapor.
Recuerda que la seda es un tejido especialmente delicado y vulnerable a la acción de ciertos insectos, como las polillas. Para prevenir que éstas dañen el tejido, utiliza los productos antipolillas de la gama Orion, disponibles en formato bolsas para los cajones o también en formato pinza para colgar en los armarios.